Ideología Central
La ideología central está constituida por los postulados que definen el carácter duradero de una entidad u organismo; éstos se refieren a los valores y al propósito central de la misma. Se constituyen, asimismo, en el elemento aglutinador que mantiene a la organización cohesionada a medida que crece, se descentraliza, se diversifica, y enfrenta un entorno cambiante e incierto.
El papel de la ideología es guiar e inspirar, no diferenciar. Las entidades visionarias se diferencian de las demás no por el contenido de su ideología, sino por su autenticidad, disciplina, intensidad y consistencia con que se vive la ideología internamente.
La ideología central tiene que inspirar a los miembros de la entidad, por lo cual ésta no es para consumo externo. La ideología central no debe ser impuesta, debe permitir encontrar, atraer y retener a aquellos predispuestos a compartir los valores y el propósito central. Sin embargo, compartir la ideología no
significa pensar igual en todo: significa, principalmente, compartir las premisas fundamentales.
1.1. Misión
La misión, también denominada propósito central, es la razón de ser de la entidad. No es algo que se lo logra, sino algo que se persigue continuamente, sin alcanzarlo. Es como la estrella en el horizonte que
guía nuestro rumbo.
Puede construirse tomando en cuenta las siguientes preguntas:
¿Quienes somos? = identidad, legitimidad;
¿Para que existimos? = propósitos;
¿Qué hacer? = principales medios para lograr el propósito;
¿Por qué lo hacemos? = valores, principios, motivaciones;
¿Para quiénes trabajamos? = beneficiarios;
Es importante identificar y construir la misión sin confundir los fines y los medios de que nos valemos para lograr su materialización.
1.2. Valores
Los valores constituyen los principios esenciales y duraderos de la entidad. Representan un pequeño grupo de principios-guía de carácter perpetuo que no requieren de justificación externa. Tienen valor intrínseco
al interior de la misma y deben ser adoptados y asumidos plenamente y con la mayor participación posible.
No existe un conjunto universal único de principios: la clave no está en qué principios se tiene, sino en que tales principios fundamentales sean fuertemente compartidos y aplicados.
Para el establecimiento de los valores, se seguirá el procedimiento establecido para una Tormenta de Ideas1.
2. Proyección de futuro
Las entidades con visión de futuro desarrollan un fuerte compromiso con ese futuro mediante la visualización intensa del mismo a diferencia de aquellas que sólo tienen una visión de corto plazo . El futuro visualizado está constituido por una meta audaz de mediano o largo plazo y una descripción vívida de lo que sería lograr esa meta.
2.1. Meta audaz
Las entidades exitosas con frecuencia definen una meta enormemente ambiciosa. Tiene una línea de llegada en el tiempo que supera el corto plazo. Por lo general, todas las entidades tienen metas a largo plazo; sin
embargo, tener una meta no es lo mismo que tener una meta audaz, que significa estar comprometido con un reto enorme y hasta cierto punto amenazante y de gran significación para la entidad o el país .
La meta audaz debe ser tan clara y comprometedora que debe servir como catalizador para el espíritu de equipo y como punto focal de unificación de esfuerzos. Debe requerir de poca o ninguna explicación (por ejemplo, la meta de la NASA en 1960 fue: poner un hombre en la Luna antes del final de la década). Debe ser tan fácil de entender que ésta pueda ser expresada de diferentes maneras y decir lo mismo, siendo
entendible para todos en la misma forma.
Si bien la meta audaz no es una apuesta segura, ésta debe ser percibida como viable. Debe ser creíble, y la entidad debe estar convencida de que podrá alcanzarla. No debe ser una meta fácil dadas las condiciones de
partida y entorno: debe requerir de un esfuerzo extraordinario y también de mucha fe.
Para el establecimiento de la meta audaz, se puede seguir el proceso descrito para una “Tormenta de Ideas”.
2.2. Visión
Además de una meta audaz, se requiere de una descripción vibrante, comprometedora, específica de lo que significaría alcanzarla. Esto consiste en trasladar la visión de palabras a figuras, en crear una imagen
que la gente pueda llevar a su mente.
Para desarrollar la descripción vívida se requiere de pasión, emoción y convicción. Algunos ejecutivos se sienten incómodos cuando expresan emoción, pero eso es lo que motiva a los demás en su compromiso por el
trabajo.
Realizar el proceso de formular el futuro es establecer la "Visión".
La visión está aquí entendida como una situación esperada, deseada pero al mismo tiempo factible de ser alcanzada. No tiene sentido alguno formular deseos imposibles de ser llevados a la práctica. Sólo crearían
descrédito y desilusión, por ello el proceso de creación de una visión no es mecánico sino totalmente constructivista: se aprende en el camino.
Una visión de buena calidad tiene además un carácter altamente comunicacional. Debe ser entendida por todos y por ello el lenguaje debe ser especialmente expresivo, sensible y gráfico, apropiado por los actores.
Debe motivar y ser compartido por todos en la medida en que esto sea posible.
Para cumplir tantos requisitos es útil partir de preguntas, sencillas en su formulación, complejas en su respuesta:
¿Cómo vemos al Departamento, Municipio, Ministerio, etc. en el 2012?
¿Cómo se contribuye al bienestar nacional?
¿Cuál es la situación futura deseada para nuestros usuarios o
beneficiarios?
¿Qué queremos ser en el futuro?
¿Cómo se puede lograr ese futuro?
¿Cómo lo describiríamos en 4 o 5 líneas?
3. Bibliografía
- Rene Rivera. Ciclo corto de la planificación. La Paz, Bolivia. PADEP. Septiembre 2003.
- James Collins, Jerry Porras. Built to last. Editorial Norma S.A. 1995.
- Luis Retamozo Murillo. Apuntes de planificación estratégica. Fundación PUMA. Junio 2003.